Hervir un huevo parece una de las tareas más simples de la cocina, pero como ocurre con muchas preparaciones básicas, pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia en el resultado final. Entre los múltiples consejos que circulan entre chefs y aficionados, hay uno que llama especialmente la atención: agregar un chorrito de vinagre al agua de cocción.

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Aunque a primera vista puede parecer una excentricidad o un truco sin fundamentos, lo cierto es que esta práctica tiene un propósito preciso y está respaldada por la experiencia de quienes buscan optimizar el proceso. ¿Qué cambia realmente cuando se incorpora este ingrediente? La respuesta puede sorprender incluso a quienes dominan el arte del huevo hervido.

Por qué hay que hervir el huevo con un poco de vinagre

Agregar vinagre al agua de cocción del huevo es un truco sencillo pero muy eficaz: no solo facilita el pelado una vez cocido, sino que también contribuye a que la clara y la yema resulten más tiernas y sabrosas, siempre que se cocinen a fuego moderado.

El vinagre, al ser una sustancia ácida, permite que el huevo se cocine de forma más suave, ya que ayuda a espesar sus componentes a menor temperatura. También evita que se rompan durante la cocción al acelerar la coagulación de las proteínas, sellando posibles fisuras en la cáscara.

Este método es especialmente útil para prevenir que la clara se desborde si el huevo se quiebra durante el hervor. Además, no altera el sabor ni afecta las propiedades del alimento. Lo ideal es colocar el huevo en agua fría antes de comenzar la cocción.

Cuáles son los beneficios del huevo para la salud

Con un alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales, el huevo es uno de los alimentos animales más completos y beneficiosos. Mejora la salud visual, favorece la salud digestiva y ósea, y contribuye al desarrollo de la masa muscular.

Su consumo ideal ronda los cuatro huevos semanales o uno por día, ya sea como ingrediente principal o dentro de una receta. No obstante, es clave considerar ciertas medidas de seguridad antes de ingerirlo.

El huevo debe evitarse crudo o en mal estado. Si han pasado muchos días desde su compra, es recomendable prolongar el tiempo de cocción. Siempre se deben conservar refrigerados y lavarlos antes de usarlos. Para garantizar su inocuidad, deben hervirse durante al menos ocho minutos. Son una excelente opción tanto en platos dulces como salados.